LA MALQUERIDA
TEATRE MARTIN I SOLER
La malquerida, tan querida como era, y fue la última.
Manuel Penella jugaba sobre seguro cuando elegía una obra tan consagrada y tan famosa como esta Malquerida, salida de la pluma del premio Nobel de literatura Jacinto Benavente. Poco le quedaba que hacer al músico y libretista, dado que la obra de teatro le ofrecía gran parte de la labor terminada. Muy comprometido sería revivir en 1935 el tremendo éxito cosechado por el dramaturgo en 1913 con este drama rural, no costumbrista, de tintes realistas y sociales, veristas, muy del gusto del Penella de El Gato Montés.
A diferencia de la citada ópera, el drama lírico La Malquerida nace con las formas de la zarzuela grande, abundante en recitados que conservan la calidad del original, la profundidad del trío protagonista -turbulento y oscuramente sexual- y enriquecida con la ligereza puntual de algunos personajes y sus números, además de la presencia del coro.
La labor de Penella, bendecida por el propio Benavente durante su proceso creativo, fue coronada por un resonante éxito en su estreno que se repetiría en México, donde este drama conocería su versión cinematográfica y, recientemente, su telenovela.